lunes, 29 de abril de 2013

Hablar Inglés




He vuelto, una semana más, para amenizaros otro terrible lunes y esta vez lo haré hablando de algo tan utópico como incómodo para un español de a pie: hablar inglés.
Y os preguntaréis: ¿a qué viene esto ahora? Y os contestaré: A nada, como todas las entradas, pero de algo tenía que escribir. Otra posibilidad es que fuese ministra y entonces os diría que es por todo eso de la movilidad exterior, pero como no lo soy os diré que es porque de todo buen español se pueden decir tres cosas:

-Que sabe más de fútbol que el seleccionador.
-Que es crítico de cine.
-Y que tiene nivel medio de inglés.

Nivel medio, señores. Nivel medio. La mentira más extendida del país, sólo superada por la de “en cinco minutos estoy allí”. Pero bueno, quieras que no, lo del seleccionador nacional y lo del crítico de cine no pasa a mayores pero, ¿qué me decís del inglés? La de currículums y currículums que se habrán rellenado con eso de “Inglés nivel medio”.

Bien, aclaremos lo que es el nivel medio para un español con unos sencillos y prácticos examples (ejemplos, para los que tenéis nivel medio).

-1er Ejemplo: Pide a una madre y/o señora que te pronuncie en inglés “tarta de queso”. Yo he probado con mi madre y, he de decir que no tiene nivel medio, tiene nivel hooligan; es decir, sabe el vocabulario básico para moverse como pez en el agua en un pub. Sabe decir: “cerveza”, “tío, dónde está el váter” y “You’ll never walk alone”, pero para ella Strawberry Cheesecake es, claramente y sin ninguna clase de duda “Estrachaberry Chisqué”. Y que le quiten lo bailao.

-2º Ejemplo: este va por vosotros, queridos seleccionadores nacionales. Decides echarte y FIFA, conectas la maquinita, pones el juego y sale la hermosa pantallita de EA Sports y la voz en off diciendo: “EA Sports. It’s in the game”. Y tú, que sabes más inglés que la voz en off porque, ojo, tienes nivel medio, dices bien alto: “EA Sports. Cheneguen”. ¿Cheneguen? ¿Che- ne- guen? Sí, Cheneguen, que como todo buen español nivel medio sabe significa… lo siento, yo es que no tengo nivel medio, que alguien me cuente qué significa.

-3er Ejemplo: este es, sin lugar a dudas, el mejor ejemplo de todos: el inglés por fonética. Por ejemplo, quiero decir una palabra tan útil y patria como palangana en inglés. Pues fácil, sencillo y para toda la familia: “Paul and Ghana”. Ou Yeah, beibi.

O, mejor aún, al revés. Se te acerca un guiri en plena playa, de estos de sandalias con calcetines y moreno cangrejil, mirada perdida en el horizonte y te dice con tono emotivo: “I see the sea”. Y tú, haciendo gala de toda tu europeidad, sintiéndote un miembro más de la Comunidad Europea, le miras y haces lo que cualquier otro español nivel medio haría, te arrancas con Highway to Hell de AC/DC, o según tú, de I see the sea.


Con todo esto yo propongo el método del inglés en mil palabras. No, es broma, propongo que acabemos de una vez por todas con esta farsa y sustituyamos en los currículums el “Inglés nivel medio” por “español a gritos para guiris” que es lo que se ha hecho toda la vida. Ya sabéis como somos en este país, cuanto más alto, más claro.

lunes, 22 de abril de 2013

La comida




A lo que venía yo esta semana era a hablaros de comida y es que ahora me ha dado por hacer un blog de recetas: http://lacocinadeericforman.blogspot.com.es/

Vale, una vez hecha la publicidad necesaria, hablemos de otras cosas importantes. ¿Qué alma del infierno inventó el melón con jamón? El mismo que mezclo la fresa con kiwi, ¿verdad? Hay mezclas incomprensibles en nuestro recetario, pero bueno, poco a poco, quieras que no, han ido asentándose en el imaginario popular de una manera tan irracional como discreta, igual que lo hicieron en su día las hombreras y los flequillos.

Sí, no hay más, estamos hechos a estas mezclas. Es más, yo misma estoy hecha a ellas. Ahora bien, a lo que no estamos hechos aún es a determinados productos emergentes y en boga. Ahora resulta que se lleva desayunar alpiste (sí, comida de pájaro), pero, ojo, que lo llaman muesli, que queda más hipster y modernete. Pero que si no estás satisfecho del todo, siempre puedes echarle leche de soja. Que sí, hazme caso, que tendrás un día Al-Bran.

Y para picar entre horas también han inventado algo, aunque lo cierto es que es más bien una re-invención. Sí, vuelve a ser alpiste, pero ahora en pegotes y se llaman barritas Special-K. No vaya a ser que tengas un bajón en el día Al-Bran.


Pero atención a los navegantes, que aún no ha llegado lo mejor. ¡Los yogures! ¿Dónde han quedado los Danone de toda la vida de fresa y plátano? ¿Y las natillas? Ahora lo que está de moda es el Activia. La gente lo toma porque lleva bifidus actirregularis. Nadie sabe lo que es, pero como acaba en –us y en –is, como que da confianza. 

Aunque lo cierto es que le debemos mucho a Activia. Es verdadero aporte que estos yogures han hecho a la sociedad española es sacarnos del mar de dudas en el que nos encontrábamos sin saber cuáles de nuestra mejores celebridades no son regulares, escatológicamente hablando.

Gracias a dios, yo ya puedo dormir tranquila sabiendo que Carmen Machi gracias a Activia ahora hace de vientre todos los días y como un reloj suizo. Lo que no sabemos es qué le ha ocurrido a Coronado. Igual se le ha ido la mano con el bífidus.

Por otro lado, está el Actimel, que es la fuente de la eterna juventud, pero esto lo dejamos para otra, me vale con saber que Lola Herrera es inmortal.


Ahora bien, sin duda alguna el alimento más inquietante de nuestra dieta desde tiempos inmemoriales es el zumo de naranja. Es que ahora a mi madre le ha dado porque tengo poca cara de Vitamina C y estamos en proceso de  hacer que se me quede dicha cara. Pero es que la Vitamina C no es una vitamina fácil.
La Vitamina C es la vitamina Bin Laden, escurridiza como el que más; tú echas el zumo de naranja recién exprimido en el vaso y cuando aún no has podido contar ni 3 misisipis, tu madre ya está dramatizando, gesticulando con los brazos y poniendo voz de cámara lenta para decir: laaaaaaaas vitaaaaaaminaaaaaaas. ¡Coooorre! ¡Tómatelo que se van!

Toda esta reflexión es un sinsentido, yo sólo quería preguntaros una cosa: ¿dónde se van ñas vitaminas cuando se van?


Con todo esto, solamente nos queda pensar que, bendito sea el cielo, gracias a las multinacionales alimenticias vamos a ser inmortales. Bueno, lo de inmortales no sé (eso es asunto de Jordi Hurtado), pero lo que es ir al baño…

martes, 16 de abril de 2013

Los Cumpleaños




Estamos viviendo una farsa, le duela a quien le duela. Me enfrento irremediablemente a mi inminente cumplida de años y se me agolpan en el cerebro varias cuestiones para las que la única solución racional que encuentro es tomarme una copita de cianuro, o bien el equivalente en ginebra.
Bien es sabido que en España nos encanta la fiesta. Punto. Punto, he dicho. Sí, esa es la única razón que encuentro para tan tontamente aparatosa celebración.

La primera de las cuestiones que se me plantea viene de la mano de las felicitaciones. Tantos años pensando que no había nada más estúpido que una rana de cartulina cantando el cumpleaños feliz para que ahora las hagan también por internet. A internet lo carga el diablo.

Pero peores aún son las felicitacions por teléfono. A nadie le gusta felicitar. ¿Por qué seguimos descolgando el teléfono y llamando para felicitar a la gente? Pero es que al que llaman tampoco le gusta; vamos a ver, es tu cumpleaños, ves que te haces viejo, no sientes la necesidad de desperdiciar otro día de tu vida pegado a un auricular.
Yo, personalmente llevo muy mal eso de hacerme mayor así que una vez decidí que me grababa una cinta para que respondiese por mí a las arduas cuestiones planteadas por mis interlocutores cumpleañeriles. Quedaba algo así:
Interlocutor: ¡Felicidades, María!
Grabación: Gracias, gracias (con voz ligeramente entusiasmada pero con un matiz de nostalgia por los años pasados, agitando victoriosa los puños en el aire).
I: ¿Cuántos caen este año? ¿25?
G: Sí, sí, 25 y ¿tú cuándo dices que te jubilan?
I: Y… ¿qué te han regalado?
G: ¡Uy! Si yo te contara…

Lo malo es que siempre hay algún innovador que fastidia el invento y acaba quedando algo así:
I: Hola, María. ¿Para qué llamaba yo?
G: Gracias, gracias.
I: Pero… Bueno, da igual. ¿Cumples 15? Qué joven sigues, oye.
G: Y, ¿tú cuándo te jubilas?
Y se montó la de padre Cristo venga y vea.
Ya sabéis, la tecnología… no se la puede dejar sola.


Otro tema son los regalos. Años y años de perfeccionamiento de la Cara Neutrex (sí, como la lejía), esa cara que no cambia te guste el regalo, lo odies o te pise un pie el mismísimo Falete. Años y años de entrenamiento para que vaya El Corte Inglés y saque las tarjetas regalo. ¡Ole, ole y ole! A esto, ¿qué cara le pone uno?
 
Lo reconozco, llevo mal eso de cumplir años, estoy en plena crisis de los 20 y, aunque creáis lo contrario, que me cantéis el cumpleaños feliz no ayuda. Quiero decir, ¿qué se supone que debo hacer yo ante eso? Tampoco podéis esperar que cuando terminéis de maltratar vuestras cuerdas vocales y mis oídos con tan compleja melodía yo me ponga en pie vehementemente y con lágrimas en los ojos y un estruendoso aplauso (y quizás la ola) os pida un bis. Este año, si se tercia, me cantáis el Gangnam Style. En coreano. A capela. Puede que os llevéis un aplauso. Uno, he dicho.


Sin duda, lo único por lo que merecen la pena los cumpleaños es por las fiestas en los parques de piscinas de bolas, pero vaya, que resulta que está mal visto pegarte con los niños si tienes cierta edad y más si es por los caramelos de la piñata. También me dijo el segurata que no puedo llamar enviados de satán a los niños del cumpleaños y menos si su familia es del Opus Dei, que no son simpatizantes del ángel caído. Pero yo sólo lo hice porque se habían comido todos los sándwiches de Nocilla.

Pero, seamos realistas, ¿quién quiere los sándwiches de paté de los cumpleaños? Esos duros y petrificados trozos de pan con pegote de La Piara son, únicamente para que los padres de los niños piensen que van a merendar sano. La cruda realidad es que están ahí para usarlos como arma a la hora de conseguir caramelos de la piñata.


En fin, que a mí me toca cumplir años el día 18. El DNI dice que 22, pero ya sabéis que en este país el documento marca siempre unos 3 años más (aprox.) de los que en realidad se tienen. Es normal, nos conservamos bien, será por los sándwiches de paté.

INFORMACIÓN ADICIONAL: A partir de la semana que viene, El Sótano de Eric Forman publicará una nueva entrada cada lunes.

viernes, 12 de abril de 2013

Las modas


Parecía que os habíais librado de mí para siempre, pero el Sótano de Eric Forman vuelve a estar en marcha. Porque sí, porque os quiero, porque me gusta decir tonterías y que las gente las lea ya que nadie quiere escucharme porque si empiezo a hablar no acabo. Sin más dilación, os dejo mi nueva sarta de estupideces.

¿Os acordáis de cuando Justin Bieber (Justino Cástor para los que no os defendáis con el inglés) molaba? Yo tampoco.

Disculpadme la estúpida pregunta, pero no llego a entender quién determina en este inquietante mundo en el que vivimos qué es lo que es “guay” y está de moda y qué no. Mis pesquisas me llevan a afirmar que tengo el fuerte presentimiento de que se trata de alguien poderoso, que controla nuestros actos y nuestros impulsos más primarios: el Señor Hacendado. Tampoco quiero adentrarme en aguas pantanosas, puede ser él o puede ser el pajarito de Hugo Chávez que se le aparece a Maduro, aunque apostaría un brazo a que el amigo estaba en Twitter y se le fue de las manos.

Toda esta incertidumbre me lleva a deciros que, lamentablemente, se necesita un análisis exhaustivo de la situación actual y de los elementos que “molan”.

ADVERTENCIA DE ALTA IMPORTANCIA: la siguiente información puede dañar seriamente la sensibilidad de algunos lectores, sobre todo si eres hipster.
P.D: el que avisa no es traidor.
P.D.2: yo tampoco lo soy.
P.D.3: podéis dejar de leer, la visita a la página ya me la han dado.

En lo que estábamos, no sé si os habéis dado cuenta de que, de un tiempo a esta parte, se ha puesto muy de moda el DIY (Do It Yourself). No tenéis remedio, deberíais poneros a empollar inglés: hazlo tú mismo, sería la traducción. Si levantasen la cabeza los punkis y viesen en lo que los modernos han convertido su filosofía… Pero, “tronkos”, ahora el DIY es algo más “fetén”.

Un ejemplo, el punto. Ahora a todo el mundo le ha dado por hacer punto. Que alguien me explique en qué momento los modernos cambiaron las réflex por las agujas y los ovillos de lana. Lo veo venir, el invierno que viene, los Starbucks se llenarán de modernos haciendo puntos. Es más, ya hay rumores de que Apple está estudiando sacar al mercado sus propias i-punto, las agujas con el logo de la manzanita que, por supuesto, llevarán 3G integrado para que puedan publicar a la vez en el Instagram la foto del vaso de café que está bebiéndose mientras se hacen la bufanda.

Otra cosa que está muy de moda ahora es hacerse las mechas californianas. De verdad que no entiendo por qué les ha dado a todas por teñirse a trozos. Es por la crisis, ¿verdad? Porque no encuentro otra explicación, yo cada vez que veo a alguien con eso en la cabeza no puedo evitar ver a Steven Tyler. Pero oye, que yo no digo nada, cada cual que se parezca a quien quiera.

Por cierto, hablando de Steven Tyler, me gustaría hacer un llamamiento al que sea que le esté pisando. Que pare ya, que el pobre hombre se va a quedar sin voz de tanto gritar.

En fin, el pobre Steven Tyler no está de moda, ahora se llevan más otras cosas como la carne de caballo o los pastelitos de caca del Ikea. Ah, que ahora tampoco se dice caca, se dice restos fecales. Es que está de moda lo de utilizar sinónimos, culpa del PP. O de los modernos, que ahora resulta que las mallas ya no son mallas, son leggins y lo que está de moda es “mainstream”. Pues “dabuten, colega”.

Se me va de las manos. A lo que iba yo, ¿quién decidió que Justin Bieber  molaba? Que salga el responsable. Es el mismo que decidió llamar Juego de Tronos al porno medieval, ¿verdad?

Después de esta reflexión sólo me queda decir: mataos los unos a los otros como yo os he matado, hispters y fans varios del punto, de Juego de Tronos y demás. 

P.D.4: un saludo para los fans de los pasteles de caca.