lunes, 12 de marzo de 2012

Las Vacaciones




Quedan dos semanas escasas para la Semana Santa, vacaciones, qué placer... se me hace el culo "pesi-cola" sólo de pensarlo. Las vacaciones son esos días en los que todo español que se precie se rasca los bolindres a dos manos y le pagan por ello. Vamos lo mismo que el resto del año, pero de manera oficial.


He dicho que se rascan los bolindres a dos manos pero eso no es del todo cierto, es más bien a una porque en la otra tienen la cerveza y/o el mando de la televisión. No sé qué ocurre en vacaciones que el resto del año las películas de la hora de la siesta de Antena 3 son una mierda, pero en vacaciones con tal de no pegar palo al agua somos capaces de ver, ojo al dato, EL PELICULÓN. Toma, Jeroma! El peliculón, dice. Por favor, que alguien denuncie ya a Antena 3 por publicidad engañosa.


Pero el canal que más atractivo se vuelven en vacaciones,sobre todo en verano, es la 2. Que, ¿por qué? os preguntaréis. El ciclismo. El ciclismo. Como lo leen, dos veces y todas las que necesite escribirlo. Lo del ciclismo es un deporte que jamás he comprendido por qué lo ve la gente. Recientemente he empezado a darme cuenta de que usa la misma fórmula que emplea Telecinco en su programación: sustancias ilegales + tíos en mayas + tetas con tías (no me he equivocado al escribir el orden de las palabras).


Para un español las vacaciones son sagradas, a cualquier cosa renunciaríamos por ellas. De hecho, en España convivieron allá en tiempos de Matusalén, judíos (y judías pero no de las de comer), moros (y moras, pero tampoco de las de comer) y cristianos. Y nosotros nos quedamos con los cristianos. Y la pregunta que incesante golpea vuestro cerebro es: ¿por qué? Si los cristianos son los únicos de los que el femenino no tiene chiste. Pues porque renunciamos al dinero de los judíos y a la inteligencia y apaño de los moros porque trabajaban demasiado. El cristianismo es una religión que para todo hace fiestas: que nace un pimpollo en un pesebre, ponme una copa que lo celebramos. Que la palma, ponme otra anda que se me pase el disgusto. ¡Y la mejor de todas! Que quedan 40 días, ¡40 malditos días con sus noches, sus tardes y sus todos! para que el colega la palme... pues nada vamos a montarnos una fiesta. Si es que este Jesucristo se lo sabía montar bien. Supo que se le iban a cargar y el tío no se fue a ver mundo, ni a decirle a sus seres queridos lo que les quería, ni a apañar la herencia; no, no, el se montó la fiesta padre (Dios, en su caso) con sus amigotes.


Todo esto viene a cuento de la indignación que me han hecho padecer a lo largo de todo el día cierta gente de cierto país: Suiza. Vamos a ver, dejémonos de tonterías... normal que nadie les quiera en la Unión Europea. ¿Qué es eso de que han rechazado un referéndum para tener dos semanas más de vacaciones? Vale, que sí, que van de chocolate hasta el culo y el resto les da igual, pero de ahí a rechazar no hacer nada...

Ya que son tan civilizados y tan molones, y ya puestos a hacer gilipolleces, yo por ellos y por el chocolate Lindt, hago el esfuerzo y me quedo con esas dos semanas que tanto les sobran. A mi me hacen falta que se me están acumulando las vueltas ciclistas de los últimos dos veranos.

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