martes, 16 de abril de 2013

Los Cumpleaños




Estamos viviendo una farsa, le duela a quien le duela. Me enfrento irremediablemente a mi inminente cumplida de años y se me agolpan en el cerebro varias cuestiones para las que la única solución racional que encuentro es tomarme una copita de cianuro, o bien el equivalente en ginebra.
Bien es sabido que en España nos encanta la fiesta. Punto. Punto, he dicho. Sí, esa es la única razón que encuentro para tan tontamente aparatosa celebración.

La primera de las cuestiones que se me plantea viene de la mano de las felicitaciones. Tantos años pensando que no había nada más estúpido que una rana de cartulina cantando el cumpleaños feliz para que ahora las hagan también por internet. A internet lo carga el diablo.

Pero peores aún son las felicitacions por teléfono. A nadie le gusta felicitar. ¿Por qué seguimos descolgando el teléfono y llamando para felicitar a la gente? Pero es que al que llaman tampoco le gusta; vamos a ver, es tu cumpleaños, ves que te haces viejo, no sientes la necesidad de desperdiciar otro día de tu vida pegado a un auricular.
Yo, personalmente llevo muy mal eso de hacerme mayor así que una vez decidí que me grababa una cinta para que respondiese por mí a las arduas cuestiones planteadas por mis interlocutores cumpleañeriles. Quedaba algo así:
Interlocutor: ¡Felicidades, María!
Grabación: Gracias, gracias (con voz ligeramente entusiasmada pero con un matiz de nostalgia por los años pasados, agitando victoriosa los puños en el aire).
I: ¿Cuántos caen este año? ¿25?
G: Sí, sí, 25 y ¿tú cuándo dices que te jubilan?
I: Y… ¿qué te han regalado?
G: ¡Uy! Si yo te contara…

Lo malo es que siempre hay algún innovador que fastidia el invento y acaba quedando algo así:
I: Hola, María. ¿Para qué llamaba yo?
G: Gracias, gracias.
I: Pero… Bueno, da igual. ¿Cumples 15? Qué joven sigues, oye.
G: Y, ¿tú cuándo te jubilas?
Y se montó la de padre Cristo venga y vea.
Ya sabéis, la tecnología… no se la puede dejar sola.


Otro tema son los regalos. Años y años de perfeccionamiento de la Cara Neutrex (sí, como la lejía), esa cara que no cambia te guste el regalo, lo odies o te pise un pie el mismísimo Falete. Años y años de entrenamiento para que vaya El Corte Inglés y saque las tarjetas regalo. ¡Ole, ole y ole! A esto, ¿qué cara le pone uno?
 
Lo reconozco, llevo mal eso de cumplir años, estoy en plena crisis de los 20 y, aunque creáis lo contrario, que me cantéis el cumpleaños feliz no ayuda. Quiero decir, ¿qué se supone que debo hacer yo ante eso? Tampoco podéis esperar que cuando terminéis de maltratar vuestras cuerdas vocales y mis oídos con tan compleja melodía yo me ponga en pie vehementemente y con lágrimas en los ojos y un estruendoso aplauso (y quizás la ola) os pida un bis. Este año, si se tercia, me cantáis el Gangnam Style. En coreano. A capela. Puede que os llevéis un aplauso. Uno, he dicho.


Sin duda, lo único por lo que merecen la pena los cumpleaños es por las fiestas en los parques de piscinas de bolas, pero vaya, que resulta que está mal visto pegarte con los niños si tienes cierta edad y más si es por los caramelos de la piñata. También me dijo el segurata que no puedo llamar enviados de satán a los niños del cumpleaños y menos si su familia es del Opus Dei, que no son simpatizantes del ángel caído. Pero yo sólo lo hice porque se habían comido todos los sándwiches de Nocilla.

Pero, seamos realistas, ¿quién quiere los sándwiches de paté de los cumpleaños? Esos duros y petrificados trozos de pan con pegote de La Piara son, únicamente para que los padres de los niños piensen que van a merendar sano. La cruda realidad es que están ahí para usarlos como arma a la hora de conseguir caramelos de la piñata.


En fin, que a mí me toca cumplir años el día 18. El DNI dice que 22, pero ya sabéis que en este país el documento marca siempre unos 3 años más (aprox.) de los que en realidad se tienen. Es normal, nos conservamos bien, será por los sándwiches de paté.

INFORMACIÓN ADICIONAL: A partir de la semana que viene, El Sótano de Eric Forman publicará una nueva entrada cada lunes.

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